EL ABP EN NUESTROS CENTRO EDUCATIVOS
El Aprendizaje Basado en Problemas es un sistema didáctico que requiere que los estudiantes se involucren de forma activa en su propio aprendizaje hasta le punto de definir un escenario de formación auto-dirigida, el estudiante es el centro del aprendizaje por tanto toman la iniciativa para resolver el problema.
El aprendizaje basado en problemas aporta en la construcción de conocimientos significativos desde la consideración de saberes previos los cuales se debaten y desarrollan en grupo en donde el papel del docente media los conflictos y a partir de esta interacción se genera un nuevo conocimiento que se basa en lo vivencial.
es de tener en cuenta que la formación del docente es considerada como un factor fundamental que aporta significativamente al mejoramiento de la calidad educativa pues ésta aporta conceptos, estrategias y herramientas para la implementación de prácticas en el aula que evidencian en las formas de enseñar y aprender el desarrollo de competencias básicas en los niños. La formación es un proceso complejo donde ese articulan los conocimientos, las didácticas, las formas de evaluación, las prácticas y las interacciones entre los estudiantes y los docentes.
En este proceso toma
relevancia el proyecto de aula tanto en su construcción como en su ejecución y evaluación, pues se convierte en la
columna vertebral donde confluyen los elementos que potencian las competencias de los docentes como de los estudiantes y donde toma sentido la formación
docente.
El proyecto de
aula se considera como herramienta de trabajo donde está inmersa una propuesta
didáctica fundamentada en la solución de problemas que se generan desde el
contexto, esto incluye las inquietudes de los estudiantes, docentes y comunidad
educativa en general.
Es
innovador pues incorpora todos los elementos del currículum (objetivos de la
etapa, del área, los contenidos, los ejes transversales) a través
de aprendizajes significativos, también es pedagógico pues se trabaja con
niños y niñas, respondiendo a problemas de índole pedagógico, mejorando la
calidad de la enseñanza y como herramienta de reflexión.
Estas
consideraciones están planteando a los maestros la necesidad de buscar otras
formas de enseñar, en las cuales el estudiante asuma un papel más activo y
creativo, más autónomo. Como consecuencia, algunos maestros están explorando
activamente formas de enseñanza que buscan dar al estudiante la posibilidad de
crear y de plantear sus propias preguntas; que fomenten el asombro e inciten al
pensamiento y a la creatividad. Formas de enseñanza que planteen sistemas de
trabajo escolar orientados a la práctica de la discusión razonada, del respeto a la diferencia, de la participación, como maneras
de formar para la práctica de la democracia en la sociedad. Formas de enseñanza en las cuales el
maestro no dé respuestas, sino que hace preguntas, y responde a
los errores y a las preguntas de los estudiantes con otras nuevas preguntas.
En el Aprendizaje Basado en
Problemas el profesor no necesita ser un experto en un área de conocimiento,
porque su papel como tutor, le permite orientar su clase en la detección de
problemas y preparar el material, los recursos y todas las ayudas que
contribuyan a buscar una solución concreta. Su papel es más bien de un motivador
de sus estudiantes que les ayuda a reflexionar sobre sus necesidades de
formación y sobre cómo satisfacerlas.
La
base pedagógica del ABP tiene su origen en la psicología cognitiva,
específicamente en el constructivismo, donde el aprendizaje se entiende como un
proceso de construcción activa del nuevo conocimiento sobre la base de las
ideas previas del estudiante. El ABP se fundamenta en los cuatro aprendizajes,
de los cuales se hace referencia en un aparte anterior. Es decir, se formula
para aprender a conocer donde se desarrolla competencias asociadas con la
atención, la memoria asociativa, y el pensamiento crítico. En segundo lugar, el
enfoque favorece el aprender a hacer, desde la perspectiva de encontrar la mejor
manera de poner en práctica los conocimientos para transformar el entorno. El
aprender a hacer tiene que ver con la rigurosidad de la ciencia y el desarrollo
de actividades secuenciales. Por otra parte, aporta para aprender a convivir,
toda vez que en los espacios de socialización del conocimiento, el estudiante
aprende a comunicarse, a trabajar con los demás y a solucionar conflictos. Por
último, no menos importante, el conocimiento de sí mismo, aprender a ser, donde
se trabaja en la autonomía, la responsabilidad personal y social con un enfoque
de inclusión.
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